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Perfil Misionero

 

A. Espiritualidad

 

1. El misionero es una persona centrada en Dios.

  • El misionero tiene siempre por objetivo de todo a Dios y la extensión de su Reino

  • No  se busca a sí mismo ni hace cosas para lucirse y hacerse notar, al contrario, trata de impulsar a la gente misma del lugar para darle confianza.

  • El misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en los pueblos y culturas. Tiene una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de las bienaventuranzas.

  • Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en medio de los hombres.

 

2. Es animador de la Iglesia

  • Porque la Iglesia misionera es la que envía, como ella fue enviada por Jesús. Porque debemos de transmitir el mensaje que a ella se le ha confiado y no nuestros puntos de vista personales. Porque sin ella no hay fecundidad ni eficacia.

 

3. Es una persona que anuncia el Evangelio

  • Anunciar el Evangelio a partir de la realidad familiar y del país. Transmite el Evangelio y solo el Evangelio, sin ambigüedades ni reducciones.

 

4. Tiene a María como Estrella de la Evangelización

  • Porque ella presidió con su oración el nacimiento de la Iglesia misionera. Porque es el modelo más acabado de seguidora de Jesús y se convierte en modelo de vida para todos los tiempos y situaciones. Porque es intercesora eficaz ante su Hijo. Porque es la Madre de los misioneros y de todo nuestro pueblo.

 

5. Es una persona asidua a la oración

  • Porque quien no conoce al Señor no puede anunciarlo. Porque quien antes no ha escuchado a Dios no puede hablar en su Nombre. Porque sólo Dios puede mover los corazones de los hermanos.

 

B. Cualidades específicas

 

1. Es ubicado y abierto

  • Sabe que el Espíritu Santo no descansa y que ha trabajado antes que él y por eso es sumamente respetuoso tratando de descubrir lo que el Espíritu ya ha hecho, sin pretender partir de cero.

  • Está siempre abierto a aprender antes que a enseñar y no considera que ya lo sabe todo.

  • Se encarna, es decir, se sitúa en el pensamiento, los sentimientos, la manera de actuar, el vocabulario y manera de hablar de la gente del lugar, por eso debe saber escuchar, observar y guardar todo en su corazón, como María, para poder intervenir debidamente. Se hace pequeño con los pequeños y todos para todos, como san Pablo (1 Cor. 9, 22). Sabe que todo el material formativo que lleva o que ha preparado debe de readaptarse a las circunstancias y personas.

 

2. Es una persona amable y respetuosa

  • Trata a todas las personas con amabilidad evitando utilizar malas palabras o malos modales. Cuando considera que algo debe ser cambiado, lo hace siempre dialogando con aquellos a quienes atañe.

 

3. Es agente de la promoción humana

  • Fomenta el crecimiento de la comunidad y de las personas haciendo hacer antes que querer realizar todo él solo.

  • En las celebraciones y servicios que pide a colaboradores, procura ensayarlos o capacitarlos debidamente, para que luego sientan seguridad de que pueden ellos mismos realizar bien lo que se necesita.

  • Fomenta los ministerios y servicios eclesiales de los fieles. Al término de la misión, debe haber detectado y animado fuerzas apostólicas del lugar.

 

4. Persona con espíritu de fraternidad y equipo

  • Todo lo planea y programa dentro de un único trabajo de equipo. Participa en todas las reuniones en la que debe intervenir el equipo completo: Reuniones de oración, planeación, convivencia y evaluación.

 

5. Es factor de comunión social y eclesial

  • Realiza su trabajo en unidad con el obispo del lugar y con los párrocos y sacerdotes. Fomenta la formación de una verdadera comunidad eclesial, la fraternidad, la ayuda mutua, la celebración verdadera comunitaria de la fe. No se permite críticas ni indiscreciones, ni toma de partidos en las divisiones sociales o familiares, escuchando siempre a todos los interesados. Fomenta la comunidad civil, buscando la paz entre los vecinos y les hace tomar conciencia de que la unidad es necesaria para poder resolver los problemas.

 

6. Se esfuerza por ser educador integral

  • Entiende que la misión cristiana que lleva, aunque es predominantemente religiosa en esos días, busca siempre la educación integral de la persona y de la sociedad. Aprovecha toda ocasión en la que puede ayudar en algún área de la educación de las personas. Lleva optimismo, alegría, deseo de progreso en todo, de profundización en la fe, de corresponsabilidad eclesial y ciudadana.

 

7. Procede con prudencia

  • Es prudente ante los peligros morales y físicos. Al desplazarse de un lugar a otro deberá ser siempre en grupo, nunca solos.

 

8. Es una persona serena y ecuánime

  • Sabe dominar al máximo de lo posible los nerviosismos, la falta de serenidad, la imprudencia, la depresión y la euforia desmedida. No hace un drama ante los errores o defectos, siendo siempre optimista y buscando siempre el lado positivo de las cosas.

 

9. El misionero es dialogante

  • Escucha las quejas, las propuestas e iniciativas y las diferentes opiniones de la gente. En todo problema interrelacional escucha a las dos partes e invita a todos a la conversación. En relación con las sectas es prudente y respetuoso, pero no pierde el tiempo y va preparado con las enseñanzas básicas al respecto.

 

10. Está preparado

  • Sabiendo que nadie puede dar lo que tiene, se prepara debidamente con la anticipación necesaria para desarrollar el trabajo y dar las enseñanzas que le corresponde impartir.

 

11. Sabe ser coherente

  • Es el primero en dar ejemplo de lo que exige o predica, sabe obedecer y someterse al orden y la disciplina, sobre todo a la Palabra de Dios.

 

C. Aspecto Personal

 

1. Aparece siempre dignamente presentado

  • En los misioneros (as) no se permite modas extravagantes, de dudosa virilidad o modas que no son aceptadas en el lugar donde se va.

  • En las celebraciones litúrgicas cuida aún más su buena presencia.

 

2. Es una persona de espíritu de sacrificio

  • Va preparado al sacrificio, a la austeridad, a vencer el cansancio, la sed, el hambre, el calor, el frío y toda clase de privaciones. Está dispuesto a comer de lo que le sirvan aunque no se muy de su agrado.

  • Ser prudente sobre todo cuando se da cuenta de que la familia se está quitando el pan para dárselo a él. No busca estar llenándose de golosinas durante el trabajo misionero.

  • Tiene salud suficiente, por eso no son admitidas personas que no sean capaces de seguir el ritmo duro de trabajo de la misión o que requieran de atenciones muy especiales en las enfermedades o en la comida.

 

INSTITUTO TABASCO

 

MISIONEROS DE JESÚS SACRAMENTADO

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